Título:
Autor: Erik Hendrick Carpio
Palabras clave: Psicoterapia transpersonal, psicoterapia psiquedélica, ayahuasca, proceso ritual, estados ampliados de conciencia.
Fecha de publicación: 2023
Cita bibliográfica:
Hendrick, E. (2023). Un modelo de psicoterapia transpersonal en Perú: terapia con ayahuasca. Revista de Investigación Científica Humanística de la Universidad Antropológica de Guadalajara 9 (17), 29-48.
En el presente ensayo se expone un modelo de psicoterapia transpersonal que es el resultado de una iniciativa de integración entre el sistema de medicina tradicional amazónica y conocimientos procedentes de la psicoterapia occidental, específicamente del enfoque humanista y transpersonal. Esta integración ha conducido al surgimiento de un tipo de terapia que se desarrolla en algunos centros de retiro en Perú, aunque también se trabaja en una dirección similar en otras partes del mundo. Para poder comprender de qué manera sucede esta integración, se darán a conocer algunos antecedentes históricos relacionados al nacimiento dela Psicología Transpersonal y se explorarán ciertos datos históricos provenientes del sistema de medicina tradicional del antiguo Perú. Asimismo, se explorarán ciertos procesos psicológicos que se producen durante estados expandidos de conciencia y que son inducidos por la toma de ayahuasca en sesiones terapéuticas. También se dará a conocer el modo en que las experiencias de estados expandidos de conciencia son asimiladas, procesadas e integradas gracias a la ayuda del acompañamiento psicoterapéutico. Además, se observa que un modelo de psicoterapia transpersonal estructurado de modo coherente abre posibilidades a la integración del uso de la ayahuasca como facilitador en psicoterapia.
A partir de una revisión histórica de la psicología transpersonal y del uso de la ayahuasca, y una exploración analítica de los procesos psicológicos que se producen durante sesiones de ayahuasca, se intentará dar a conocer un modelo de psicoterapia que en las últimas décadas ha emergido debido a una integración entre los saberes ancestrales procedentes del sistema de medicina tradicional amazónico y la psicoterapia experiencial de tipo transpersonal. La psicoterapia transpersonal es una rama de estudios que, a pesar de haber nacido hace más de seis décadas, aún se halla en una etapa de formación, crecimiento y consolidación. A lo largo del artículo se explorarán ciertos aspectos de la Psicología Analítica, la Psicología Humanista- Existencial y la Psicoterapia Psiquedélica para poder entender el surgimiento de este modelo de psicoterapia en donde se integra la sabiduría ancestral de los pueblos del Amazonas y el conocimiento profundo de la psique humana, y también para poder conocer las posibilidades terapéuticas que pueden resultar de esta integración; pues, definitivamente existe un modelo de psicoterapia transpersonal que se está forjando en Perú cuya finalidad es brindar acompañamiento a las personas que están sufriendo ciertos trastornos emocionales, viviendo crisis existenciales o están experimentando un proceso de autorrealización o individuación. El artículo tiene como objetivo comprender este modelo emergente y también conocer los aportes teóricos que han surgido a partir de la aplicación de este modelo.
La psicología es una ciencia muy compleja que aún sigue en un proceso de crecimiento y al mismo tiempo de integración. Es una ciencia que se ha desarrollado a partir de varios enfoques. Es cierto que entre enfoque y enfoque a veces es muy complicado el entendimiento, pues existen discrepancias significativas entre los paradigmas en los que se sustenta cada enfoque. Algunos enfoques tienen una aproximación más positivista y otros una aproximación más humanista; sin embargo, en todos los enfoques lo que se busca conocer es el funcionamiento de la psique y su relación con el comportamiento humano.
No es este el momento para detallar el desarrollo evolutivo de la psicología, aunque se podría mencionar que a mediados del siglo pasado la psicología como campo de estudio experimentó una crisis que la llevó hacia un crecimiento y desarrollo fructífero. Por un lado, el psicoanálisis y la corriente psicodinámica se habían expandido ampliamente y, por otro lado, la psicología conductista había abarcado un lugar importante entre los psicólogos e investigadores. Sin embargo, estas dos corrientes psicológicas constituían una fragmentación de la disciplina psicológica que tenía que ser superada o trascendida. Es así que emerge una tercera fuerza en la psicología que es conocida como: la Psicología Humanista. A principios de los años 60 se produjo dentro del campo de la psicología una convergencia de personalidades quienes planteaban una psicología enfocada en el estudio de la experiencia subjetiva del ser humano sin que exista una fragmentación entre la conducta y los procesos inconscientes, y enfocándose en la persona de una manera holística, es decir, como un todo. De acuerdo con Maslow (1972), la principal intención era desarrollar una disciplina en donde fuese posible plantear la investigación de los aspectos o fenómenos más positivos del ser humano como el estudio de la creatividad, la libertad, la autenticidad, el amor o la autorrealización, sin reducir al ser humano a variables cuantificables o solamente considerando los aspectos negativos y patológicos del ser humano.
Tal vez el principal representante del movimiento humanista sea Abraham Maslow, pues él realizó un gran esfuerzo al convocar a distintas personalidades para la creación de lo que vendría a ser la American Association for Humanistic Psychology. Con respecto a los antecedentes históricos de la psicología humanista, se ha de mencionar que el primer encuentro de esta asociación se produjo el año 1962, aunque en realidad la asociación ya estaba constituida desde el verano de 1961 (Besora, 1986). Sabemos hoy que los psicólogos y pensadores que impulsaron el nacimiento de la psicología humanista tenían como principal motivación construir una psicología que pudiese permitir estudiar la totalidad del ser humano, explorando las profundidades de la vida afectiva y no solo los aspectos conductuales y cognitivos. Estos pensadores tenían como principal finalidad el comprender la esencia de la naturaleza humana. Tal como Maslow (1972) lo plantea, la psicología humanista se adhiere a un paradigma que intenta superar la orientación determinista y deshumanizante de una psicología que se fundamenta en un paradigma positivista, y lo que esencialmente busca es dar respuestas a cuestiones complejas del ser humano, vinculadas a la naturaleza creativa y la capacidad de autorrealización. Sin embargo, los psicólogos humanistas se dieron cuenta que, al intentar comprender la naturaleza humana en su totalidad, estaban obviando un aspecto muy importante, es decir: la dimensión espiritual. Por ello, el mismo Abraham Maslow y Anthony Sutich, los principales impulsores de la psicología humanista, a finales de los años 60 se unieron con Stanislav Grof para promover juntos una nueva rama de la psicología a la que dieron el nombre de Psicología Transpersonal (Grof, 1988).
Así fue como nació la Psicología Transpersonal, la cual a partir del año 1976 fue albergada en la división 32 de la APA (American Psychology Association) como una subdivisión de la psicología humanista (Gimeno-Bayón, 2020). Sin embargo, es un hecho evidente que la Psicología Transpersonal no goza de una completa aceptación en el ámbito científico, pues existe un sector que la califica de pseudo ciencia. Lo cierto es que una gran mayoría de psicólogos alrededor del mundo tienen nulo, poco o escaso conocimiento de los reales alcances de esta rama de la ciencia, y muchos psicólogos la confunden con el movimiento nueva era, incluso psicólogos que se denominan transpersonales cometen el error de contaminar la disciplina con elementos New Age. Como sabemos, el movimiento nueva era amalgama de un modo bastante caótico distintas nociones filosóficas, teológicas, mitológicas, místicas, espirituales y científicas, dando como resultado una especie de sincretismo carente de estructura metodológica y de fundamentos teóricos coherentes, es decir, que coge de aquí y de allá, y a través de una mescolanza teórica pretende dar explicaciones a fenómenos complejos de la realidad psíquica. Definitivamente, la psicología transpersonal no debe ser confundida como parte del movimiento nueva era, pues desde sus inicios el interés primordial de la Psicología Transpersonal ha sido mantenerse alineada a los avances de la ciencia a través de un paradigma holístico y humanista. Para Friedman y Hartelius (2013), la Psicología Transpersonal es un área de difícil definición, y ellos piensan que la definición de esta rama puede ser incluida dentro de tres temas: “la psicología transpersonal como una psicología más allá del ego o del yo, como una psicología integradora/holística y como una psicología de la transformación” (p.4). Siguiendo las explicaciones de estos investigadores, el primero de estos temas, es decir, una psicología más allá del ego, se enfoca en el contenido de las experiencias transpersonales que se producen durante distintas situaciones como puede ser la práctica de la meditación, experiencias cercanas a la muerte, en la psicoterapia psiquedélica, distintas prácticas místicas o en un contexto ritual chamánico. Estas prácticas pueden conducir a la experiencia de diversos estados ampliados de conciencia como, por ejemplo, una experiencia cumbre o una experiencia de tipo unitiva, o a la experiencia de ciertos sentimientos o valores humanos que transcienden una actitud egocéntrica como la compasión o el altruismo. En cuanto a una psicología integradora/ holística, los autores nos dicen que la Psicología Transpersonal busca entender la complejidad del ser humano, se preocupa por la situación ecológica mundial, y se esfuerza por comprender el fenómeno de la conciencia como una matriz de la existencia. Además, estudia la psicología humana desde distintos enfoques holísticos, multiculturales e integrativos. Y en cuanto a un enfoque transformativo, indican que la Psicología Transpersonal se dedica al estudio del desarrollo de la personalidad, al proceso de autorrealización o individuación, o a cualquier forma transformativa de crecimiento interior del ser humano.
Es lamentable que no se entienda con claridad el campo de estudio de la Psicología Transpersonal y que se le confunda con otras áreas del saber humano. No se trata de no dar valor a áreas del conocimiento como la filosofía, la teología o a las tradiciones de sabiduría de diferentes pueblos alrededor del mundo, sino de asignar el sitio que le corresponde a la psicología como ciencia que estudia la psique y sus contenidos. En su obra Mysterium coniunctionis, Jung (2002) deja en claro la diferencia que existe entre el área de estudio de la psicología y su diferencia con los conocimientos de índole metafísico:
La psicología es una ciencia que no tiene nada que ver con los presupuestos o las posibilidades metafísicas. Investiga el contenido psicológico de su objeto y se abstiene de toda intrusión especulativa. No fantasea sobre los fundamentos desconocidos de la psique, no hace mitología cerebral, no cuenta cuentos fisiológicos y no cree poder presentar argumentos en favor o en contra de la vigencia objetiva de una u otra idea metafísica (p.449).